Versión en español
Si algo no falta en Zaragoza (como de hecho en otras muchas partes) es comida. Aquí esta tiene muchos aspectos, tamaños, gustos y consistencia.
Desde los famosos adoquines del Pilar hasta las Migas a la Pastora con huevo frito y longaniza, por ejemplo, el surtido es amplio y variado.
![]() |
Adoquines del Pilar |
Los clásicos adoquines del Pilar, son caramelos de varias dimensiones que pueden alcanzar los 500 g de peso y tan duros como adoquines, de ahí su nombre, puedes necesitar varias horas para comértelo. La parte exterior del envoltorio siempre tiene una imagen de la Virgen del Pilar sobre fondo blanco, con los extremos con tela a cuadros negros y de color, como si fuera un cachirulo mientras que en el interior aparece la letra de tres jotas aragonesas populares, habitualmente cómicas, las clásicas jotas de picadillo.
Una de ellas dice:
Cuando te ronde esta noche
échame una clavelina,
pero procura que sea
sin maceta, prenda mía.
Desde luego al aragonés nunca le falta gracia y consistencia, como al adoquín.
Y tampoco rechaza unas buenas tapas, y de esas en Zaragoza hay tantas como agua del Ebro.
Pero si se prefiere algo más serio a la hora de almorzar o cenar tampoco escasean las opciones de mesa y menú típico. Uno, por ejemplo, este.
Y puedo certificar que desde las Migas a la Pastora con huevo frito y longaniza,
pasando por la cinta de lomo con pimientos,
hasta llegar al flan
y el cortado,
todo estaba riquísimo.
Y para merendar nada mejor que unos churros hechos como manda la tradición, a mano, fuerza y sudor.
Versione in italiano
Se c’è qualcosa che non manca a Saragozza (come del resto neanche in tante altre parti) è cibo.
Dai famosi adoquines del Pilar fino alle Migas a la Pastora con uova e salsiccia, per esempio, la scelta e ampia e variegata.
![]() |
Adoquines del Pilar |
I classici adoquines del Pilar sono delle caramelle che possono raggiungere i 500 g di peso ed essere così dure come adoquines (sanpietrini), da qui il nome. Infatti per mangiarli tutti, ci vogliono a volte delle ore! Il sacchettino che li avvolge ha sempre l’immagine della Madonna del Pilar su uno sfondo bianco, con le stremità di tessuto a quadri neri e di diversi colori come i tipici cachirulos e all’interno si legge il testo di tre jotas aragonesi popolari, di solito molto divertenti, le classiche jotas de picadillo.
Una di queste dice così:
quando ti cercherò stanotte
mandami un fiore
ma cerca che questo
non abbia il vaso, cara mia.
Senz’altro all’aragonese non manca la comicità e consistenza, como all’adoquín.
E nemmeno rifiuta una buona tapa, e di queste a Saragozza c’è ne sono così tante come acqua ha il Ebro.
Tuttavia, se preferite qualcosa di più vero per pranzo o cena, neanche qua scarseggiano le opzioni di tavolo e menù tipico. Uno, per esempio, questo.
E posso certificare che dalle Migas a la Pastora con uovo e salsiccia,
oltre al lombo con pepperoni,
fino ad arrivare al budino
e il caffè
tutto è buonissimo!
E per la merenda niente di meglio dei churros, fatti come comanda la tradizione, a mano, con forza e sudore.
Otra página del Viaje.
"Mi piace""Mi piace"