Uno spagnolo a Vicenza / Un español en Vicenza

Ti racconto la mia storia a Vicenza con un tweet / Te cuento mi historia en Vicenza con un tuit.

Estábamos en que a mi compañero (Jesús lo llamaremos) le apasionaba el fútbol.

Creo que se jugaba el campeonato de Europa y un día jugaba Italia. Recuerdo que volvía por la calle con mi bici. No había ni un alma por la calle cuando me llegó un mensaje de Jesús. Me recordaba que a no sé qué hora tenía que estar en casa porque jugaba Italia. Que jugara Italia no me emocionaba. Y además, todavía recordaba el partido entre España e Italia del mundial de Estados Unidos. ¡Ese codazo de Tassotti a Luis Enrique! El maldito catenaccio italiano. ¡Todavía dolía!

Entré en casa con el desinterés de ver el partido y más por hacerle un favor a mi compañero de piso. La televisión del salón ya estaba enchufada. Jesús no estaba. Solo la terracota con la imagen de la Virgen presenciaba el parlamento de los comentaristas que iban a narrar el partido.

En ese momento vi una sombra que desde el fondo del pasillo se movía hacia mí. Extrañamente la sombra era verde, roja y blanca. Más se me acercaba más claramente era verde, roja y blanca. Verde, roja y blanca con pies huesudos y blancos y un montón de pelo negro.  Jesús se había literalmente envuelto con la bandera de Italia. Era como un rollito de primavera verde, rojo y blanco, pero sonreía.

Durante las dos horas que duró el partido llevó puesta la bandera. Solo se separaba de ella al saltar cada vez que un jugador italiano estaba a punto de marcar gol. Creo que al final Italia ganó el partido porque todavía visualizo a Jesús ondeando la enorme bandera desde nuestra pequeña ventana…