Ti racconto la mia storia a Vicenza con un tweet / Te cuento mi historia en Vicenza con un tuit.
El centro vicentino
Una de las ventajas de tener un pisito todo tuyo en el centro de una ciudad como Vicenza es que tú ya estás en el centro.
Y no es poca cosa para un español. Bien es sabido que el casco antiguo o simplemente el casco, es nuestro punto de encuentro favorito. Allí donde inicia la socialización que, para un español, podría terminar en botellón.
Así que si tú ya estás en el centro solo tienes que esperar que los demás lleguen al centro.
En España, ya se sabe, en el casco hay gente a todas horas, especialmente a horas nocturnas.
¿Y en vicenza?
No, no era, no es España. Esto nadie lo duda … ¿verdad?
En la ciudad, en el centro del Véneto, corazón del mítico Nordest (noreste, para entendernos) el homo vicentinus llega al centro cuando se le espera, obviamente. O sea, cuando abre el negocio.
Y así es y así era que yo todo curioso, observaba desde mi pisito del centro que el sábado antes de las 9:30 el centro era un desierto.
Ahora, nada más tocar el consueto golpe seco de campana de uno de los infalibles campanarios del centro asomaba el primer vicentino por la calle de enfrente. Y justo después otro por la lateral. Y luego un grupo de tres allá al fondo. Y ahí llegaban ellas, perfectamente ataviadas, para el baño matutino o posmeridiano. Y ellos las seguían igual de bellos. Y en menos que canta un gallo el centro pulula de fauna vicentina.
Y apenas pasaban tres horas desde el comienzo de la fiesta que con sincronizada decisión y movimiento, al compás del cierre del negocio, el ser vicentino poco a poco abandonaba el centro.
Y yo me quedaba todo solito en mi pequeño pisito en el céntrico desierto…
Un pensiero riguardo “Uno spagnolo a Vicenza/ Un español en Vicenza”