Uno spagnolo a Vicenza/ Un español en Vicenza

Ti racconto la mia storia a Vicenza con un tweet / Te cuento mi historia en Vicenza con un tuit.

Mi primer fracaso vicentino

Sí, lo admito, algunas veces no he conseguido enseñar español.

En realidad, yo he hecho todo lo posible pero he fracasado.

Aun así he aprendido muchas cosas sobre los alumnos (personas, también).

Mi primer fracaso fue sin duda vicentino. Mejor, vicentina.

Era una estudiante con muchas ganas de aprender español.

Le venían de sus numerosos viajes por países hispanohablantes, sobre todo por uno de América del Sur, donde había hecho amigos y vivido experiencias.

Así un día acordado comenzamos el curso, que iba a ser individual y en su propia casa. Es decir, de la mejor manera y en el mejor lugar.

Las clases comenzaron con el método establecido.

Ya en la segunda fue necesario adaptarlo.

Y en la tercera restringirlo.

Y en la cuarta limarlo.

Y en la sexta revuelta.

Y en la séptima te preguntas qué problema hay.

Y en la octava le sigues dando vueltas al problema.

Y lo mismo en la novena.

Y cuando llegas a la décima crees que tienes la respuesta pero entiendes que no puedes hacer nada.

Y sigues insistiendo.

Hasta que el estudiante te mira con esos ojos brillantes de perro anciano y cansado que te dicen: “No te preocupes es suficiente”.

Y tú aprendes…