Ti racconto la mia storia a Vicenza con un tweet / Te cuento mi historia en Vicenza con un tuit.
Cazo*
A estas alturas, tras casi veinte años de clases en Vicenza, me siento como un adivino. Es decir, que en cada clase, sé de antemano lo que mis estudiantes me van o se van a preguntar; lo que les causa incomprensión, duda o extrañeza; lo que necesitan para aprender. O sea que sé por dónde van los tiros y por lo tanto puedo dirigirlos. Aunque a veces acabe disparándome en el pie. Como ocurrió esta vez:
Estábamos corrigiendo un ejercicio sobre utensilios de cocina cuando uno de los estudiantes no conseguía hallar la palabra que concienzudamente buscaba en su cabeza y al final me preguntó: ¿cómo se dice en español lo que se utiliza para calentar la leche?
En ese instante en mi cabeza se encendió una lucecita intensa y alarmante y pensé: ¿se lo digo o no se lo digo? Empujado por una fuerza maléfica decidí arriesgarme y repetí malicioso: ¿para calentar la leche? Sí, sí, confirmó. Cazo, respondí, en español se dice cazo. E incluso lo escribí en la pizarra en letras mayúsculas. Mi pequeño demonio personal se estaba divirtiendo.
Aún no había acabado malignamente de subrayarlo en la pizarra cuando uno de mis estudiantes con ojos inquisitivos soltó: ¿cazo? Pero, ¿no se dice polla?
Un fuerte e inmediato dolor en el pie no impidieron mi risa y un sí demoníaco como toda respuesta.
* El hablante italiano asocia cazo en español con cazzo en italiano. A buen entendedor pocas palabras bastan.
Un pensiero riguardo “Uno spagnolo a Vicenza / Un español en Vicenza”