Ti racconto la mia storia a Vicenza con un tweet / Te cuento mi historia en Vicenza con un tuit.
Casas vicentinas
La primera era como un convento. Paredes blancas, mobiliario sencillo con la única excepción de una imagen mariana sobre la lechosa y nuda pared. Y silencio monacal.
De la soledad pasé a la aglomeración, en la segunda. Éramos un griego, un albanés, un polaco y dos españoles. Todos en un dormitorio, un baño y una cocina. A mí me tocó la cocina como dormitorio. El baño era siempre de los cinco.
Y en la de después había un mexicano, un francés perdido, una rusa que solo hacía que pintarse las uñas y nada más y una coreana que pensaba estar en Milán. Pero, estábamos todos en San Pietro Intrigogna. A cien metros del Bacchiglione y diez kilómetros de Vicenza. En la Riviera Berica, para situarse.
La muchedumbre empezaba a mosquearme. Así, escapé a hacerle compañía a un napolitano. Cada uno en su habitación y su baño y una cocina, salón y terraza para los dos. Hasta jardín había. En mi palacio me sentía.
Pero ansiaba autonomía. Pegué el salto al casco. En pleno centro me instalé, solo. Miniapartamento, todo para mí. Saloncito con cocinita y bañito aparte. Todo comprimido. Todo para mí. Justo delante del campanario de la catedral. No podía pedir más. Solo que derrumbaran el campanario. Sobre todo, el domingo a las ocho de la mañana.
El destino quiso que del pisito pasara al pisazo. Fuerzas mayores me atrajeron a compartir habitación con mi futura esposa. Los dos compartíamos pisazo con una siciliana, un brasileño-americano, y quienes de vez en cuando se dejaban caer por el espacioso piso.
Del tercer piso, yo y prometida bajamos al segundo. Piso para los dos. Ella y yo en un baño, una cocina, un salón y un estudio. Hasta largo balcón poseíamos. De vistas curiosas, por cierto. Pero ya esposos, jaleo, humedad y dinero nos llevaron a buscar nueva morada. La suerte y amigos nos llevaron a donde alojamos hoy. Apartamento acogedor, luminoso y tranquilo. Hogar dulce hogar. Tanto que va a ser finalmente nuestro…
Spagnolo a Vicenza 